La puta de Montera


Aquella puta cuarentona
que me calcé por treinta y cinco euros
en Montera.

Aún la recuerdo.

Me dijo
que si pusiera una detrás de otra
todas las pollas
que se había tragado en su vida
podría hacer una cadena que cruzara el Atlántico.

No parecía bromear.

Aquel día volví a casa muy jodido:
¿Tantas pollas
como para hacer una cuerda hasta Tegucigalpa?

Desde entonces no escribo.

Por más que busque el poema,
yo nunca podré hacer
nada tan grande.