EL CORAZ脫N TOSE, los pulmones fallan, la pelagra sonr铆e, el cactus enfermo de mi mente avanza hacia un desierto tirado por mastines de siete silencios, la tierra se borra, la memoria cede, las mujeres se marchan, ya no soy una persona, ya no soy un piano, parezco una silla rota al fondo de la sala de conferencias, parezco un toc贸n cualquiera en el bosque de casta帽os talados, nadie me conoce, nadie me lee, hace tiempo que perd铆 todas las esperanzas, dej茅 los panales, rechac茅 las mieles, fund茅 la antiabeja, entr茅 en coma, soy un poeta al que se le han acabado los s铆es, soy un poeta que ni siquiera frotando dos palitos encuentra los s铆es de anta帽o, ya solo me quedan piedras, solo me queda plomo, nada m谩s que sombras y maldiciones, maldigo a las fresas, maldigo a los viernes, maldigo a las orugas procesionarias que depositan su excrecencia en las urnas blancas, maldigo a las personas buenas y a las personas honradas, maldigo a los tiovivos y las peonzas, maldigo a las corbatas.